miércoles, 4 de abril de 2012




SALMOS 63: 1-4

1Dios, Dios mío eres tú;
De madrugada te buscaré;
Mi alma tiene sed de ti, mi carne te anhela,
En tierra seca y árida donde no hay aguas,

2Para ver tu poder y tu gloria,
Así como te he mirado en el santuario.

3Porque mejor es tu misericordia que la vida;
Mis labios te alabarán.

4Así te bendeciré en mi vida;
En tu nombre alzaré mis manos.