NO tenía sirvientes, aun así lo llamaban Señor
NO tenía un grado universitario, y le llamaban Maestro.
NO tenía medicinas, y le llamaba Sanador.
NO tenía un ejército, y le temían.
NO ganó ninguna batalla militar, pero conquistó el mundo.
NO cometió ningún crimen, y aun así, lo crucificaron.
Murió y fue enterrado en una tumba prestada, y vive hoy día entre nosotros.